
La escuela República de Venezuela
Es por mucho el centro de enseñanza más relevante de Escazú, lugar donde la mayoría recibieron sus primeras lecciones aprendiendo en ella a leer, sumar, cantar y escribir.
Por sus amplios corredores pasaron insignes maestros que con esmero y esfuerzo educaron a muchas generaciones. Para hablar de un origen claro de este lugar, tendríamos que situarnos hacia 1823, cuando la municipalidad de este cantón comparte todos los detalles concernientes a la escuela. Para 1832 existe ya una amplia lista de niños que asisten a este centro de enseñanza público de la villa de Escazú y en 1834 se comunica que se encuentra lista la planta para su funcionamiento.
En 1829 se pide que se remita una cantidad de dinero para el pago del sueldo del maestro, siendo en 1830 cuando se tiene constancia de que estaba en funcionamiento la escuela de primeras letras. Como dato relevante, en 1869 se
pagan 2 pesos y 10 centavos a Miguel Herrera por eI alquiler de la casa que ocupa la escuela central.
Es bien sabido que este lugar destinado a la educación contó con sus aulas para niñas y otras para los niños, ya que en 1898 se cita la lista de los varones. Fue una hermosa construcción en adobe con una puerta central que daba a la vieja plaza y otra lateral, techada con tejas de barro y con piso de ladrillos cocidos, como 10 podemos observar en
la fotografía del Libro Azul.

Datos esenciales
Arquitectura:
Colonial
Ubicación:
Costado sur del Parque Central de Escazú
Uso actual:
Educativo
Materiales:
Concreto, madera, mosaico, repello, teja, mampostería
Estado:
Bueno, con restauraciones

Así se mantuvo en pie hasta 1937, año en que se decide demolerla para iniciar con la tarea de construir una nueva, teniendo los alumnos que recibir durante este tiempo las lecciones en casa de Pedro Madrigal Monge y en el galerón de la parroquia de San Miguel de Escazú. Tuvo un
costo 1831172.34 colones, levantada en concreto armado, techo de estructura en hierro. Contó con 10 aulas con capacidad para 400 estudiantes, salón de actos, dirección, corredores y vestíbulos. Ocupó un área de 1470 metros cuadrados, siendo construida durante la administración de don León Cortes Castro (1936-1940). Hoy ya es diferente.
Cabe mencionar que sus aulas fueron testigos de la
inteligencia pedagógica de insignes maestros como 10 fueron: Juan Nepomuceno Pimentel, Tomás Roldán, Salomón Escalante Gonzales, Napoleón Chinchilla Abarca, Antonio Chávez Ramírez, Marcos Arias Aguilar, Cecilia Artavia, Arturo Vargas, Marco Aguiar Mekbel y el muy ilustre Benjamín Herrera Angulo, por mencionar algunos. Sus queridas conserjes y porteras, como Florinda Corrales,
Norita de López, ‘Chavela” Castro, “Ney” Corrales, “Rosita” Gutiérrez, “Blanquita” Fernández y “Toñita” Hidalgo formaron parte de la vida cotidiana de aquellos estudiantes.
Son muchos los personajes icónicos que han pasado por sus espacios. De sus aulas salieron numerosos letrados, quienes ocuparon y ocupan puestos de relevancia a nivel cantonal y nacional, en el ámbito político, religioso, educativo y social. En la escuela se escucharon por primera vez aquellas letras que desde 1920 fueron entonadas en la marcha “Oh Escazú”, la cual hoy se canta como himno del cantón. Quien diría que este testigo mudo tuvo sus orígenes tan tempranos en este lugar.






















