Este sitio de interés histórico es uno de los más antiguos y visibles del centro de Escazú, no solo por su posición geográfica, sino por los estilos y detalles que guarda. Lugar donde la fe, cultura y creencias más arraigadasjuegan un papel importante en
el cantón.

Sus orígenes se remontan a aquella ermita que los pocos escazuceños que habitaban el lugar se comprometieron a levantar hacia 1793, asf como a embellecerla con los correspondientes ornamentos litúrgicos, y sostener al cura, todo ello bajo la dirección del apoderado general del vecindario don José Miguel Gonzales.

EI templo se levanta en los terrenos que pertenecieron a don Julián Alfaro, quien, a finales de siglo XVIII, recibe en compensación otros “pedazos de tierra” lindantes al río de la Cruz. EI 2 de marzo de 1799, eI ilustrísimo Monseñor José Antonio de la Huerta y Caso Obispo de Nicaragua y Costa Rica erige eI templo con eI tftulo de San Miguel Arcángel, bajo eI patronazgo de María Santísima y San José.

No estuvo exenta de los desastres naturales como
terremotos y huracanes, siendo el del año 1800 que deja sus paredes y techo en muy mal estado. EI diseño de la nueva iglesia construida en sillares de piedra estuvo a cargo del ingeniero Franz Kurtze Grunbau. Probablemente la construcción se retrasó por la participación de los escazuceños en la guerra contra los filibusteros a mediados del siglo XIX.

En ella no solo se bautizan, casan y se realizan los
funerales de los habitantes de esta ciudad. También
pasaron una serie de clérigos que destacaron en el plano religioso, político y social, como Joaquín Quesada, José Francisco Mondragón, Yanuario Quesada Madriz y Manuel Zavaleta entre otros, que aportaron tanto a la historia y progreso de Escazú.

Sede de importantes cofradías como la del Santísimo Sacramento, San Miguel Arcángel, Ánimas, Virgen de Dolores, Nuestra Señora de Mercedes, ha sido testigo de acontecimientos de gran relevancia como el Te Deum de 1812, la visita en 1815 de Monseñor Nicolás García y Jerez, las exequias del cura y modelo Cipriano Fuentes Soto en 1904, el milagro de San Miguel Arcángel en 1915 y la consagración de este pueblo al Sagrado Corazón en 1892.

Hoy apreciamos una estructura en sillares de piedra, la cual destaca por su hermosa cúpula y torre campanario. En su interior, tres naves divididas por columnas y al fondo de la misma, en el lugar destinado a los presbíteros, tres retablos de estilo barroco remozados por el tallista Rolando Monge Piedra. Sus paredes se encuentran adornadas por las escenas del Viacrucis, una hermosa capilla de adoración, un monumento y un busto en homenaje a uno de sus sacerdotes más queridos.

Sus fechas importantes como la Navidad, fiestas a San Miguel y la Semana Santa denotan un alto grado de belleza y solemnidad, haciéndola destacar del resto del país.