Casona de la familia López
En la cuadra este a la de la parroquia de San Miguel, sobre la avenida Manuel Zavaleta, encontramos una casa de grandes dimensiones que embellece este bonito pueblo.
Se trata del único sitio privado hasta hoy que ostenta el título de patrimonio en Escazú, le hablamos de la estructura elaborada en adobe y bahareque perteneciente a la familia López López. Existen múltiples versiones en torno a su techa de construcción, mientras para unos investigadores es desconocida, la tradición oral considera que la casa fue construida por Bruno Herrera en la segunda mitad del siglo XIX. Sabemos que a inicios del siglo XX doña Trinidad López Montoya (matriarca de esta familia) la compró a doña Adela Mora, su antigua dueña. Ha pasado de generación en generación, ya que la última persona en poseerla fue la maestra de tejido muy querida María de los Ángeles López, cariñosamente conocida como ‘doña Marielos’.
Simpática, educada y cariñosa dama, quien contaba que dicha propiedad había pertenecido a varias personas con sus respectivas familias, entre las que sobresalía Juana Espinoza (dato real pues las actas 10 citan), sirviendo también de hostal y de cocina para los turnos de la iglesia. Recordaba a muchas mujeres en plena faena donde elaboraban las mejores comidas típicas para homenajear al patrono de Escazú en septiembre.

Datos esenciales
Arquitectura:
Colonial
Ubicación:
200 metros este del costado norte de la Iglesia San Miguel Arcángel. Escazú Centro.
Uso actual:
Habitacional
Materiales:
Adobe, madera, tejas
Estado:
Regular

Entrar en el edificio es devolverse en el tiempo, con sus nueve aposentos, zaguán, patio interno y solar, los cuales reflejan un estilo de vida ya muy lejano. Hay que contemplar sus pisos en madera y ladrillo, altos cielos rasos, pesadas puertas, diferentes desniveles, solida pila, horno de barro, utensilios de cocina como las ollas de fierro con patas y las palanganas en loza, roperos y camas de buenas maderas, cuadros religiosos, nacimiento tallado y policromado, piedras para moler y los antiguos dornos en porcelana.
Todo ha sido cuidado con esmero a 10 largo de los años por las hermanas Melitina, Martha y Belén, sin olvidar al varón de la casa Miguel (Guatilta), a quien era común verlo encalando las altas paredes. De este último hay que
mencionar su participación durante la Guerra Civil de 1948, convirtiendo a este hogar en vivienda de un excombatiente y lugar de paseo de algunos expresidentes.
Como dato interesante, las gruesas paredes alcanzan IOS 50 cm, de grosor por sus bloques de adobe que están unidos únicamente con barro, destacando en su patio una impresionante tapia con tejas. Su característica pintura crema con guarda en color ocre hace que se convierta en parada obligatoria no solo por sobresalir con tal distinción, sino también por la forma en que la familia recibe a sus muchos visitantes que día a día pasan por ella. Sin duda que la “casa de los solteros”, como se conoce en Escazú (en referencia a que ninguno de los López se casó), es la imagen típica de este pueblo labriego y sencillo.















